El Gol
EL GOL Hubo una vez en un lejano reino, un príncipe solitario que triste miraba desde las almenas de su enorme palacio como en la villa los niños pobres se divertían corriendo detrás de una pelota de trapo. El podía pedir lo que quisiera, todos sus deseos eran atendidos por la Reina madre o por su padre, los reyes que velaban por mantener el pequeño reino en paz y libre de las asechanzas de codiciosos vecinos. El pequeño príncipe era hijo único, caprichoso como lo son los niños sin hermanos, un niño travieso que soñaba con tener amigos, igual como los tenían por montones los villanos que el miraba divertirse en torno al palacio. Curioso y ansioso por tener amigos, una buena tarde bajó hasta el portón de entrada y viendo que el puente levadizo estaba tendido para que entraran las carretas que venían de las ferias, aprovechando la confusión se escapó precisamente hacia el mercado. Caminó entre canastos llenos de zapallos que mostraban sus enormes calabazas, se fascinó con los meson