Apúrate



 ¡Apúrate! 


¡Ya es hora, vámonos, de prisa porque ya va a comenzar! Mimi ya debe estar ahí y hay que ayudarla a prepararlo todo: el agua para el café, las sillas y el aparato de sonido. 

_ ¿Qué ya tienen aparato de sonido, pué? 

_ Si, que no te acordás que Quique llevó uno para un evento y ahí se quedó para siempre. Ahora es el que utilizamos pa que nos oigamos mejor, digo, porque la gente que pasa por ahí nomás nos mira y sigue su camino. Pero ya se quedarán un día, vas a ver. 

_ Pero apúrate porque hay que llegar temprano pa poder anotar nuestros nombres en la lista y pasar luego, luego, si no ahí tenemos que esperar a los demás y ser los últimos. Aunque tiene su chiste ser de los últimos, así escuchamos las cosas serias y una que otra pendejada que de repente se nos ocurre decir. 

_ Oí, pero ya vi que su cable de su micrófono está muy cortito, apenas da pa que lo estén jalando y alcance en la boca del que está hablando. 

_ Si pué, había uno más largo que compró el teniente, pero el Godo lo jodío un día porque se sentó en su silla y no se fijó que el cable pasaba debajo y como está algo galán, con su peso lo jodío.
   
_ ¡Mmmmh, mira pue ese Godofredo! Oí, ¿y qué tanto es que hacen ahí debajo de palo de mango cada sábado, pue? La gente nomas los queda viendo y saber que tanto pensaran. Tal vez creen que son testigos de jehová predicando o pior, políticos haciendo campaña y embobando a la gente.
 
_ ¡Cómo serás de ignorante! Claro se ve que no vas muy seguido o que nunca has ido. Qué testigos ni qué políticos, ahí sólo llega gente que ama eso que otros llaman literatura. Escritores pue, pa que lo entendas mejor.  

Al principio sólo unos cuántos llegaban, pero cada vez llegan más, ahora hasta chamacos se están acercando, ¡podes creerlo! Dicen que ahí bajo el palo de mango se siente bonito oír y decir esas cosas que uno trae aquí adentrito. Y más si lo aplauden a uno.  Eso dicen y así ha de ser porque la verdad cada vez llega más genterio. 

Ahora hasta cafecito dan. Fíjate que un día a alguien se le ocurrió decir que pa no estar contaminando con tanto vaso de esos que venden y que se usa y tira a la basura mejor cada uno llevara una de su casa pa echarse su cafecito y ¿qué crees que pasó? 

_ ¡No aceptaron la idea! 

_ No, algo mejor… A la Kary, una de las fraternas, se le ocurrió decir que ella se encargaba de donar unas tazas pa la fraternidá y los hubieras visto cuando llegó con su caja con el tazerío, parecíamos unos Chamacos bien emocionados cada uno con su taza en la mano y la verdá es que están bien bonitas… ¡Hasta su dibujito tiene! Se sacó un diez la Kary. Ahora hasta preguntan si son pa vender porque las quieren de recuerdo. Creo que vamos a mandar hacer otras como suvenir de la fraternidá.

_Ya nos acostumbramos al cafecito mientras escuchamos lo que cada uno lleva pa leer o platicar. ¡Hasta pan comemos!, al Adarcilio que es el que lo lleva ya no le dicen su nombre cuando va llegando, ahora decimos: ¡ya llegó el pan! Ja ja ja. 

_ Y ¿cómo es qué le hacen pue, pa ir midiendo el tiempo para que todos alcancen a participar? Dos horas son muy poquito. 

_Ah, buena tu pregunta. Pos ahí cada uno le va tantiando, pero ahora por si alguien se pasa de listo y no quiere parar porque ya está picado con la habladera, a la Mimi se le ocurrió gritar ¡Bravo! Unas dos o tres veces y ni modos, se da por aludido el cliente y le tiene que cortá a su rollo. Ahora a la Mimi ya la dicen “la Chacala” por aquel de la corneta que salía en ese programa de don comosellama que pasaba en la tele. 

_ Pero apúrate, ya vámonos. No vaya ser que lleguemos tarde y ya haya pasado el Quique, el cuentero, ese de verdad que nos hace reír con sus cuentos. Tiene unos de chuchos que de verdad son bien divertidos. Ocurrente el doctorcito, no en balde ya escribió dos libros el rincón sobaco y el chumul de cuentos. Otro que nos hace reír con sus escritos es Godofredo, qué bárbaro el hombre, ni parece…
 
Ahí me vas diciendo si te gusta o qué no te gusta pa que lo vayamos componiendo, viste. 

También hay Cosas un poco más serias…. Poesía, historia, relatos… Ese mayito dice bien las cosas de la ciudad… Debería ser cronista. O escuchar al Fernando, qué bárbaro el hombre pa tener memoria, se sabe la vida de todos los escritores famosos, imagináte. En fin, ahí lo ves si te gusta, pero apúrate porque a mí me toca poner las sillas y conectar el aparato… ¡Córrele!

Floricel Santizo
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