Buscando un Mantra



Inspira, exhala, sigue el ritmo cadencioso de las olas

Fluye hacia la cima, sin el peso de tus quejumbres, permítete la desnudez total de tu conciencia, para abarcar las dimensiones recónditas de la humanidad y resumirlas en una síntesis cristalina, que permee la luz del conocimiento, del verbo, de Dios.

¡Cuán pretencioso es el hombre! feble criatura que transita ciego por su estrecho ensayo, distraído por viscerales hambres, por llamaradas de pasión que luego se apagan, dilapidando su escaso tiempo y dejando huellas negras en su depredar.

¿Cómo aspirar a redenciones o a enésimas oportunidades?

Inspira, exhala, tropiezas con tus secretos, con tus culpas recónditas, los perdones retrasados eternamente.

Sopesar lo imprescriptible, embalsamar de excusas los laberintos. Despojarse de todos esos lastres y ascender para respirar la impronta libertaria, sacudiendo la vanidad del oro, convertido en esencia sublime, niebla celeste cobijándose en las esporas de los cactus del desierto.

Amanecer agradecido, rozando la piel de la mujer amada, recibiendo su beso, como condensada energía para luchar todas las batallas que nos resten.

Hernán Narbona Véliz

Comentarios

  1. ...como condensada energía para luchar todas las batallas que nos resten.

    Me gustó mucho este cierre. Todo lo que nos falta por andar son eso que dices batallas. La vida es una eterna lucha por sobrevivir.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Su opinión nos ayuda, la crítica es valiosa, muchas gracias.

Entradas populares de este blog

Un amor irracional

Arrebato

Don Peño