La Vida en matemáticas

 


La vida es un entero que dividida en cuartos da como resultado cien fabulosos años

Cinco cabales lustros da esa operación que bien acomodados corresponden a cada estación.


La tierna Primavera de uno a veinticinco cuando el andar de uno se da hasta con brincos. 

En esa tierna edad, niñez predominante, el hombre se prepara para salir avante.

Con cuántas aventuras, juegos y travesuras se forja la experiencia de aquella adolescencia que prepara la entrada de la gran juventud.

Tiempo para adquirir la fuerza necesaria y poder producir para la vida diaria.

Se prepara la mente con los buenos estudios. Con buena diversión sin ir a los tugurios.

De uno a veinticinco transcurre la estación en la que nuestra vida es pura diversión.

Luego viene el Verano que va hasta los cincuenta tiempo de producir el campo de la vida. Arar, sembrar, regar para que la cosecha ayude a prosperar.

Tiempo de producir también a los retoños para que en el otoño tu puedas persistir.

Es esta edad madura la que hace, por el trabajo, que sea la más dura. También es la mejor para llenar los silos con abundantes granos y buenos utencilios. 

Edad de bien hacer para poder tener cosas para el futuro.

Luego de esa cosecha viene la edad dorada cuando la tranquilidad distingue la morada

La edad donde las prisas ya desaparecieron y poder disfrutar lo que bien construyeron. Es la del bienestar rodeados de los nietos esos pequeños seres que nos ponen más quietos.

Es la edad otoñal hasta setenta y cinco la edad de disfrutar lo que se construyó con tanto ahinco.

Con cuántas y encontradas emociones comienza la recta final, esa que trae consigo esa estación invernal.

Atrás quedaron juventud y adultez para dar paso libre a senectud y vejez

Achaques y dolores o mucha estabilidad distinguen esta etapa de nuestra humanidad. 

El pelo encanecido, la piel muy arrugada, comienza el nuevo día desde la madrugada.

El tiempo ahora es tan corto, la memoria lejana se vive en el pasado más que en el mañana.

Preparado a dejar la vida en esta tierra, dispuesto a viajar  hasta la otra esfera. 

Así los cuartos de ese entero, donde lo más certero es el sepulturero.


Floricel Santizo


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